El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes es una de las áreas naturales protegidas del Perú con una singular biodiversidad de flora, donde destaca el mangle, y de fauna, donde resalta la concha negra, especie hidrobiológica que constituye el eje de la economía pesquera artesanal regional.

Sin embargo, este molusco bivalvo que es la estrella de la gastronomía tumbesina y en especial del suculento “ceviche de conchas negras”, es una de las especies más vulnerables y corre peligro de desaparecer debido a su sobreexplotación y afectación de su hábitat.

Con el propósito de conservar la concha negra y otras especies amenazadas en el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, se ejecuta el proyecto Pesquerías Costeras, liderada en el Perú por el Ministerio de Ambiente (Minam) con el soporte técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que destaca este trabajo conjunto en el artículo “Semillas de concha para salvar los manglares”, publicado en su portal institucional.

Pesquerías Costeras está llevando a cabo un modelo piloto donde las propias comunidades pesqueras gestionan el área protegida y participan en una investigación para crear, con tecnología, semillas de concha negra que permitan repoblar los manglares.

Aprovechamiento sostenible

Las comunidades pesqueras están representadas por seis asociaciones que conforman el Consorcio Manglares de Noroeste, que suscribió un acuerdo de gestión con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) para aprovechar sosteniblemente los recursos, entre ellos la concha negra, garantizando su conservación.

“Vivimos del manglar y tenemos que cuidarlo. Si no lo hacemos nosotros, los principales beneficiarios, ¿quién lo hará?”, asegura Wilfredo Infante, presidente de Los Tumpis, una de las seis asociaciones que conforman el Consorcio Manglares de Noroeste, que agrupa a 239 trabajadores y trabajadoras que se dedican a la extracción de conchas negras y cangrejos en la zona.

Investigación



Como parte de los esfuerzos de conservación se realiza una investigación para la producción de huevos de concha negra en el laboratorio Incabiotec, con apoyo del proyecto Pesquerías Costeras junto al Gobierno Regional de Tumbes, el Sernanp y la Universidad Nacional de Tumbes.

“Nosotros fecundamos de forma externa los óvulos y espermas de conchas que dan paso a un huevo”, explica Krizia Pretell, especialista de Incabiotec. Para crear las semillas de concha, primero se realizan pruebas de laboratorio y una vez que están aptas son entregadas a los extractores y extractoras de la zona para que sean introducidas en el ecosistema de los manglares.

“Nosotros recibimos los lotes de semillas y las traemos al área de nuestro piloto comunitario para darle mantenimiento, limpieza y que crezcan”, refirió Jhon Puse, vicepresidente del Consorcio Manglares de Noroeste. 

Para ello, el laboratorio ha capacitado a las comunidades a fin de que conozcan el proceso que debe tener la concha negra hasta ser aceptada por el ecosistema del manglar y continuar su crecimiento.

“Estas semillas al cabo de un año podrían dejar su propia descendencia en el ecosistema de manglar. Una sola concha negra puede producir de 200,000 a 300,000 larvas”, explicó Rosa García, jefa del Santuario Nacional. 

A la fecha, el piloto que se ejecuta con el proyecto Pesquerías Costeras ha logrado sembrar 64,000 semillas en la isla Chalaquera del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes.

Proyecto Pesquerías Costeras

Esta iniciativa, que apoya el manejo ecosistémico y la gobernanza de las pesquerías costeras en Perú y Ecuador, es financiado por el Fondo Mundial del Ambiente y ejecutado por las autoridades pesqueras y ambientales de ambos países.

Tiene tres componentes, el primero busca contribuir a mejorar las condiciones habilitantes para la gobernanza y explorar formas para incorporar la gestión basada en los ecosistemas y la pesca colaborativa en pequeñas pesquerías.

El segundo componente se enfoca en adquirir experiencias prácticas con herramientas de planificación espacial marina y costera con una experiencia piloto en el Golfo de Guayaquil. La articulación entre las pesquerías y las áreas marinas y costeras protegidas es un elemento central para equilibrar los múltiples usos e intereses con un enfoque ecosistémico. 

Y el tercer componente impulsa el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre actores clave en la implementación del proyecto en Perú y Ecuador, y con los socios globales del proyecto. Con ello se busca fortalecer el aprendizaje para apoyar a las comunidades prácticas del proyecto. 

Difusión mundial de logros en Tumbes



Los avances obtenidos en el proyecto Pesquerías Costeras al interior del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes serán compartidos a nivel internacional con otros proyectos de la alianza que conforma con instituciones como FAO, PNUD, WWF, Conservación Internacional, Banco Mundial y el Fondo Mundial del Ambiente en Asia, África y América Latina. 

El fin de aquel intercambio es que este piloto comunitario pueda servir de inspiración para otras comunidades en el mundo y así lograr iniciativas que permitan repoblar los manglares y manejar de manera sostenible las pesquerías artesanales, destacó el PNUD.

Fuente: Agencia Andina

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