Acordes desde Ciudad Eten: al rescate del arpa en la cuna de legendarios músicos norteños

El distrito de Ciudad Eten, región Lambayeque, fue cuna de reconocidos músicos cultores del arpa y con el propósito de rescatar el uso del tradicional instrumento, el Patronato de Cultura de Chiclayo y el Centro Cultural Eten promueven la enseñanza gratuita a niños y adultos.

Por ello, consiguieron financiar la compra de 10 arpas confeccionadas a medida de los pequeños músicos por un único fabricante artesanal que hay en el distrito vecino de Monsefú; en tanto, el profesor llegó desde Piura, ya que en Lambayeque no existe un maestro del icónico instrumento.

La segunda vicepresidenta del Patronato de Cultura de Chiclayo, Clara Cueva Castillo, contó que el presidente de la institución, José Pérez Zanelli, se sorprendió cuando le dijeron que nadie en Ciudad Eten toca el arpa, pese a que en antaño albergó a los mejores músicos de este instrumento e incluso en el parque principal existe la estatua de un arpista, a fin de rendir homenaje a estos músicos cuyos herederos no continuaron la tradición.

Hace más de 50 años, en Ciudad Eten se celebraban las fiestas del pueblo y de gente pudiente utilizando el arpa con la que se interpretaban diferentes géneros musicales, pero, en especial, salerosas marineras y tonderos.

Taller en Monsefú

“En una reunión con autoridades de la comuna de Ciudad Eten se confirmó que se había perdido el conocimiento de tocar el arpa, lo que generó mucha preocupación en el Patronato que un instrumento tan interesante en el norte se haya perdido y lo primero que hicimos fue averiguar quién las fabricaba y encontramos un taller en Monsefú. El maestro indicó que se confeccionaban por edades y buscamos el patrocinio económico para concretar la iniciativa”, comentó a la Agencia Andina.

Después, sorteamos la limitación que no existía un arpista en Lambayeque, por lo que se consiguió que el maestro Noel Adrianzén Palacios venga desde la región Piura para enseñar a los niños y dos adultos los fines de semana.

“Estamos avanzando, pero se tiene financiamiento para unos seis o siete meses y buscaremos seguir tocando puertas para que se pueda obtener fondos y darle sostenibilidad a este proyecto cultural”, aseguró.

Julio Nanfuñay Porras, miembro del Patronato, adelantó que se espera que en julio los niños puedan interpretar en el parque de Ciudad Eten algunas melodías con el tradicional instrumento.

“Dentro del grupo de niños se encuentran bisnietos del legendario arpista Duberdino Barrios, uno de los pocos artistas que interpretó su música en la capital. Existen tres niños que descienden de ese árbol genealógico”, anotó.

La capacitación se brinda todos los sábados. “Se ha empezado el 3 de diciembre pasado y vamos en la cuarta clase y esperamos que se mantengan en el tiempo con el aporte solidario de gente que desee colaborar para cancelar el pago al profesor”, sostuvo.

Sonidos ancestrales

Walther Maradiegue, antropólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú y estudioso de sonidos ancestrales, manifestó que estudia instrumentos que se estaban perdiendo en esta zona como es el caso del arpa en Ciudad Eten, Reque, Santa Rosa y Mórrope; y la chirimilla en Túcume.

“He encontrado que existen iniciativas valiosas en Eten para recuperar el arpa porque hay familiares de arpistas que han fallecido. En nuestro proyecto tenemos archivos, grabaciones del año 1990, como Mendoza Neciosup, un famoso arpista fallecido del distrito de Monsefú, y Cirilo de la Cruz, arpista de Mórrope, que también ya dejó este mundo», explicó.

Refirió que están los descendientes de estos famosos arpistas y se está recuperando los archivos fotográficos, las memorias familiares y los toques, porque el tamboreo es muy característico del arpa lambayecana que se debe recuperar.

Mencionó que existen arpistas en el centro y sur del Perú que tienen repertorios como huainos y yaravíes. “En esta zona norte a los arpistas les pedían que toquen marineras, valses, el sanjuanito o un pasillo y eran muy buenos”, aseguró.

El investigador afirmó: “Lambayeque es una zona que tiene andes y costa; hay músicos de arpa costeña y serrana que tocan huainos, marineras, yaravíes. La riqueza en Lambayeque a nivel musical es incontable y la idea es que se recuperen estas iniciativas. Y es genial que la mayoría de estudiantes sean niños”.

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