Familias cusqueñas y turistas nacionales y extranjeros disfrutaron de las diversas actividades festivas con ocasión de “Bajada de Reyes”, que se celebró en la plaza mayor y barrios tradicionales de la ciudad imperial.
La feligresía católica participó desde muy temprano y hasta la noche de misas en honor a la epifanía, la llegada del Niño Dios, que se ofrecieron en la basílica Catedral, las Iglesias de La Merced, San Francisco, San Pedro, Santa Ana entre otras del centro histórico y la ciudad.
La Empresa Municipal de Festejos de Cusco (Emufec) y la Policía Nacional brindaron la escenificación de la llegada de los tres reyes magos; Gaspar, Melchor y Baltazar, quienes llegaron con regalos y ofrendas al Niño Jesús andino, que se expone al pie de la Catedral.
En esta escena participaron autoridades locales, quienes mostraron alegría por este día e invitaron a los cientos de asistentes a formar parte de las actividades festivas, patronales y turísticas que se realizan durante todo el año en la ciudad del Cusco y provincias.
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En medio de estas celebraciones, el alcalde Luis Pantoja Calvo recibió en manos al Niño Jesús, obra del maestro de la artesanía cusqueña, autodidacta, Abraham Aller Escalante. El pequeñín estaba cubierto de una wara, especie de interior en la época Inca, y su mascaipacha cubre su cabeza alargada (similar a las deformaciones Paracas).
“No es un niño común y corriente, es un niño en base a los altomisayoc (sacerdotes andinos) de Cusco, por eso tiene una cabeza de esta manera elevada. Dentro tiene ese sincretismo, ese pago en la cabeza, en su cuerpo. En el fondo yo he hecho la escultura, pero quienes han trabajo dentro son altomisayoc de Huayracpunku, tiene un contenido místico”, dijo a la Agencia Andina.
El estilo barroco andino de Aller Escalante se expuso por segundo año, el nacimiento andino fue la admiración de turistas, más aún cuando los reyes magos ingresaron a la plaza con sus caballos, con quienes no dudaron en fotografiarse.
Mientras los concurrentes se deleitaron de la escenificación en la plaza Espinar, cercana a la de Armas, decenas de artesanos en restauración y venta de ropita del niño Jesús, ofrecían lo mejor de su producción, como coronas de plata con piedras preciosas, trajes típicos en miniatura entre otros tejidos.
Horas después ingresaron al centro histórico y la plaza, los devotos del glorioso patrón San Cristóbal, acompañados de mayordomos, como parte de la procesión del querido Niño Jesús de San Cristóbal. Los niños del tradicional barrio que lleva su nombre fueron los que llevaron las andas.
Rosendo Baca Palomino, presidente del directorio de la Emufec, manifestó que estas expresiones religioso-culturales, reafirma el vasto respeto a las festividades católicas, como la Bajada de Reyes, que ya se institucionaliza desde hace una década y cada vez lo hacen con mayor devoción.
“Hemos visto algunos aprendizajes, aportes de las familias cusqueñas que han estado tradicionalmente en esta festividad que no corresponde a una institución sino a las mayordomías, como la del Niño del Patrón San Cristóbal”, finalizó.