Si bien la pandemia castigó a la actividad productiva mundial, y Perú no fue la excepción, la recuperación que viene experimentando la economía nacional es notable, con un crecimiento sostenido, inflación baja y cuentas públicas aceptables.
Sin embargo, en el marco del Bicentenario que celebra nuestra nación, es indudable que el Perú tiene hacia adelante grandes desafíos para fortalecer su economía y lograr el pleno desarrollo social e inclusivo.
“Perú tiene que hacer cosas novedosas, porque los desafíos hacia adelante son grandes”, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Waldo Mendoza, durante su Balance de Gestión realizado esta semana.
Presión tributaria
Durante las últimas cinco décadas la presión tributaria en el Perú anda bordeando el 14%, lo cual resulta insuficiente para un país con grandes necesidades y que, por lo tanto, requiere de mayores recursos públicos para cerrar brechas sociales.
“La pandemia y, en general, la coyuntura nos hace notar que es muy complicado que el Perú siga operando con el gasto público actual, tenemos necesidad de atender la salud donde hay una gran brecha; hay problemas con la infraestructura y tenemos otras urgencias que requieren de un gasto público permanente mayor”, dijo Waldo Mendoza.
“Si queremos gastar más hay, que recaudar más. La urgencia, la necesidad de la mayor presión tributaria se presenta ahora quizás con más intensidad que antes”, agregó.
Perú es uno de los países con la presión tributaria más baja en la región y que los países de la OCDE, cuyos ingresos gubernamentales llegan casi al 40% del producto bruto interno (PBI).
“El punto neurálgico a atacar antes de hablar de tasas impositivas, es que tenemos un incumplimiento tributario enorme”, manifestó el ministro Mendoza.
El Perú, respecto a sus países vecinos, tiene la tasa de incumplimiento del pago del Impuesto General a las Ventas (IGV) y del Impuesto a la Renta de los más altos en la región.
“Allí tenemos que poner la puntería para reducir sustantivamente este incumplimiento. El reto de la presión tributaria es un reto que hay que enfrentar”, manifestó Waldo Mendoza.
“En el Ministerio de Economía y Finanzas tenemos técnicos encargados que están escribiendo sobre esto, estudiando y preparando propuestas que puedan ser tomadas por la siguiente administración”, añadió.
Nuevos motores
El otro gran reto del Perú es que necesita nuevos motores de crecimiento y tienen un enorme potencial en actividades como la industria forestal, la acuicultura y el turismo.
Hasta ahora nuestro país ha estado creciendo tranquilamente con dos grandes motores: minería y agroexportación.
En el caso de la minería, de exportar 1,508 millones de dólares a principios de la década de 1990, ahora se envía al exterior metales por un valor de aproximadamente 25,000 millones de dólares.
“Se podrá decir que todo eso tiene un efecto precio, pero aún si le quitásemos ese, el volumen actual de exportaciones es más de tres veces al que teníamos”, explicó Waldo Mendoza.
El otro motor indica que de exportar 394 millones de dólares de productos agropecuarios no tradicionales hace dos décadas, en la actualidad la agroexportación peruana alcanza los 6,817 millones de dólares.
En ese sentido, Waldo Mendoza consideró que la acuicultura, la industria forestal y el turismo podrían ser nuevos motores que contribuirían a un crecimiento sostenido del PBI.
Entonces, ¿qué se debería hacer para que sectores como el acuícola, el forestal y el turístico puedan convertirse en esos nuevos motores de crecimiento de la economía peruana?
“Nos parece que vale la pena ayudar a estos sectores a través de políticas sectoriales para que se conviertan en nuevos motores de crecimiento económico”, responde el ministro Mendoza.
“Los requisitos entonces para impulsar un sector, a nuestro juicio, son una capacidad productiva enorme y mercados internacionales asegurados. La exportación requiere de ciertas escalas, por eso la necesidad de una capacidad productora grande”, agregó.
Grandes proyectos
A consideración del ministro Mendoza no se debe descuidar los grandes proyectos mineros y de infraestructura, como la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, Irrigación Majes Siguas II, Puerto de Chancay y Ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
“Para la minería, como es un recurso que se agota, necesitamos nuevas minas y proyectos, y para la infraestructura, porque es complementaria para la inversión privada, está la Línea 2 del Metro, por ejemplo, que será importantísima. Además, hemos avanzado sustantivamente con el proyecto Majes Siguas a través de una interrelación correcta entre las instituciones involucradas”, comentó.
Sostenibilidad fiscal
Para Waldo Mendoza, sea cual sea el destino de las políticas hacia adelante, se debe mantener la sostenibilidad fiscal del país.
“Debemos reestablecer la solidez fiscal que la economía peruana tenía antes de la pandemia, porque eso nos permitió hacer varias cosas. Uno, endeudarnos a tasas bajas; dos, financiar la emergencia sanitaria, la salud, la compra de vacunas y las garantías para el programa de apoyo crediticio a las empresas”, señaló.
El MEF considera que, este año, el déficit fiscal terminará en 5% y se espera que vaya reduciéndose gradualmente hasta llegar a 1% hacia el 2026.
Asimismo, el endeudamiento público que subió fuertemente el año pasado, y que subirá un poco más en el 2022, debe empezar a reducirse y debería recuperar el 30% del límite que establece la legislación actual.