Por Moisés Aylas Ortiz
La búsqueda de soluciones innovadoras y efectivas que ponga en valor los recursos naturales, pero al mismo tiempo protega el ambiente, es un reto permanente que aguza el ingenio de los emprendedores.
Conozcamos la interesante propuesta de Cristian Gutiérrez, Jorge Cajacuri y Celeste Moreno quienes desarrollan una línea de calzado y accesorios a base de caucho natural con participación de comunidades indígenas.
“Trabajamos con las comunidades awajún en la obtención del caucho natural con un enfoque de comercio justo, pagando por encima del precio internacional. Ellos participan activamente en el objetivo de conservar el bosque”, nos cuenta Cristian Gutiérrez quien se muestra orgulloso del trabajo que realiza con Evea Ecofashion, el emprendimiento que diseña y confecciona una línea de calzado sostenible.
Cristian Gutiérrez y sus socios Jorge Cajacuri y Celeste Moreno trabajan incansablemente para consolidar Evea Ecofashion. Esta startup peruana trabaja con las comunidades awajún de la provincia de Condorcanqui, región Amazonas, para la recolección organizada y procesamiento ecológico del látex que obtienen del árbol de shiringa y que es procesado de manera natural para obtener el caucho natural, el principal insumo para su línea de calzado.
Con el caucho natural Evea Ecofashion elabora suelas para sus zapatillas sostenibles. «Las zapatillas se fabrican con el caucho natural que se obtiene sin talar un árbol, sin dañar animales y sin contaminar el bosque», resalta Gutiérrez.
El aporte de las comunidades
El joven emprendedor explica que este látex es extraído por las propias comunidades indígenas mediante un proceso artesanal sin dañar o talar árboles y transformando el látex en láminas de caucho, que es el principal insumo para la elaboración de zapatillas y sandalias. “Con ese enfoque las comunidades tienen opciones de cuidar los árboles, de proteger el bosque”, subrayó.
Gutiérrez destaca que en este proyecto participan 59 familias de siete comunidades asentadas dentro de la Reserva Comunal Tuntanaín (RCT), ubicada en los distritos de Río Santiago, Nieva y El Cenepa, en la provincia de Condorcanqui, en Amazonas.
En la Reserva Comunal Tuntanaín el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) lanzó en 2018 el proyecto “Mejoramiento de los servicios para la promoción y el aprovechamiento sostenible del recurso shiringa”.
El objetivo de este plan es capacitar a la población sobre los beneficios directos que ofrece el bosque a las familias de las comunidades a través del manejo sostenible de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad.
Cristian asegura que el aprovechamiento del látex se hace siguiendo una técnica artesanal que consiste en hace una incisión en la corteza del árbol de shiringa y una vez que comienza a fluir el látex este es recogido en copas que luego son colectadas y mezcladas con líquidos y procesadas en una laminadora que le quita el agua y luego es secado en un tendal dando como resultado final el caucho.
«Con este enfoque hemos trabajado con 3,500 árboles de shiringa en un área de 2,700 hectáreas de bosque conservados», asevera.
En este trabajo con las comunidades, Evea Ecofashion encontró otro socio en el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). que brinda desde el año pasado asistencia técnica a siete comunidades indígenas de las etnias awajún y wampis que participan en la elaboración de insumos para la fabricación de suelas para calzado y otros accesorios; y en la comercialización de láminas de shiringa (Hevea sp.) destinadas para la elaboración de los insumos.
Sostenibilidad
Pero el caucho natural no es el único insumo que emplea este emprendimiento para la confección de sus zapatillas y sandalias. También utilizan algodón orgánico, tintes biodegradables y textil recuperado (mermas de telas de empresas textiles que son sometidos a un proceso de reciclaje para convertirlos nuevamente en hilo). “De esta manera le damos una mayor circularidad al producto”, agrega.
Gutiérrez afirma que a través de la moda se puede ayudar a conservar y proteger el bosque. “Desde un principio quisimos darle esa mirada de sostenibilidad”, subraya al recordar que el emprendimiento nació en 2015 y luego de dos años de investigación decidió, junto a sus socios, lanzar una línea de calzado. “En 2017 comenzamos a vender la primera colección de zapatillas y desde esa fecha hemos ido mejorando en el diseño y confección», afirma.
Sostiene que por ahora consumidores locales son el principal mercado de sus zapatillas, aunque ha realizado envíos al exterior, a países como Noruega, Alemania, Italia y Estados Unidos, pero son pedidos individuales de personas interesadas en este proyecto sostenible que promueve la conservación del bosque.
La mirada a futuro es concretar una venta importante a Estados Unidos y en especial diversificar su producción, como la venta de suelas de caucho natural a empresas que quieren contar con este atributo (origen natural y sostenible) relacionado a su marca. También ha lanzado una línea de sandalias y pantuflas.
Reconoce que este 2020 fue un año difícil, la pandemia de coronavirus (covid-19) y las medidas de inmovilización y aislamiento social obligatorio dificultaron la articulación con las comunidades. También enfrentaron problemas por la caída de las ventas; sin embargo, a pesar de ello su entusiasmo no decae y confía en la pronta recuperación de su línea de negocio que ahora incluye sandalias y pantuflas.
Sostuvo que sus clientes son gente que están concientizados con el tema de la conservación ambiental. “Es un público conformado por personas que han participado antes en voluntariados, son milenials, veganos y de otros movimientos. Es un grupo en crecimiento”.
Apoyo de Innóvate Perú y otras instituciones
Cristian Gutiérrez agradece el apoyo de Innóvate Perú, recuerda que Evea Ecofashion fue uno de los ganadores del concurso de Startup Perú organizada por este organismo en 2018. El proyecto, que demandó una inversión inicial de más de 210,000 soles, fue cofinanciado en un 70 % por esta entidad.
Con este respaldo, el emprendimiento ingresó con éxito al mercado nacional e internacional y ahora ha diversificado su producción con una nueva línea de carteras y otros accesorios de moda.
«Gracias a ese fondo pudimos financiar las primeras matrices de zapatillas; luego el año pasado ganamos el Reto Bio, también organizado por Innóvate Perú, con el que pudimos financiar más matrices de tallas para hombres y para desarrollar una máquina para dar un mejor uso al caucho biotextil.
Gutiérrez revela que con el Sernanp también han accedido a recursos gracias al sello Aliados por la conservación. «La idea es triangular el trabajo con las comunidades, empresa y el Eestado con el objetivo de trabajar con las comunidades en un plan de manejo de bosques y aprovechar los productos de la zona», acotó.
Agregó que con el Serfor recibe apoyo para postular a más fondos que se ofrecen a las iniciativas que impulsan planes de manejo de bosque.
Cómo surgió la idea
El vínculo de Cristian Gutiérrez con el caucho empieza en 2012 cuando viaja a la Selva Central para hacer un trabajo con GIZ (cooperación alemana) para hacer un estudio sobre las cadenas de valor del caucho y el achiote.
Nos ubicamos en Puerto Bermúdez donde levantamos información sobre cómo colocar la producción de caucho natural en industrias de Lima. «El mayor problema que enfrenta la Selva es la deforestación y la necesidad de poner en valor más productos de esta región sin afectar el bosque. En ese proceso surgió la idea de generar un mercado para el caucho natural.
En 2014, cuando preparaba un plan de negocios para el caucho natural, se encuentra con su amigo Jorge Cajacuri quien estaba trabajando una tesis sobre confección de morrales con material sostenible. Juntaron sus ideas y crearon Evea Ecofashion.
En un primer momento empezaron a trabajar en la Selva Central, pero luego recibieron una invitación para visitar la Reserva Comunal Tuntanaín donde se desarrollaba un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Allí se contactaron con las comunidades y acordaron poner en marcha la iniciativa.
Reconoció que al principio existía una desconfianza de parte de las comunidades, sin embargo, con la ayuda de la cooperación internacional y de los trabajadores del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y del Servicio Nacional Forestal y Fauna Silvestre (Serfor) que han facilitado la articulación con dichas comunidades y lograron vencer esa barrera.
Cristian Gutiérrez mira con optimismo el futuro y afirma que ahora estamos viendo más opciones. Está la posibilidad de trabajar en Madre de Dios, hay interés de las comunidades para trabajar con el caucho natural y eso va de la mano con el interés de más empresas que están animándose a trabajar y poner en valor el caucho natural.
Fuente: Agencia Andina