La provincia cusqueña de Canchis tiene a Victoria Quispe Mamani como hija ilustre, la humilde mujer de 48 años de edad, lleva en sus manos el arte ancestral del telar de cintura y hoy su producción ingresa a ser comercializada por plataformas virtuales.
Victoria, nació en la alejada comunidad de Josefina distrito de Pitumarca, a seis horas en auto desde la ciudad del Cusco. Ella en su adolescencia mantuvo convivencia y llegó a tener nueve hijos a quienes se dedicó a cuidarlos y alimentarlos, era toda una ama de casa.
Las circunstancias de la vida hicieron que la relación con su pareja no siguiera, el cual la sumió en depresión y necesidades, pero no fue por mucho tiempo porque en el campo hay muchas mujeres empoderadas.
Entonces, Victoria haría honor a su nombre, y comenzaría en tomar fibra de alpaca que moraban por sus cumbres, a teñirla, hilarla y tejerla diestramente, en los azarosos días recordaba a Manuela su abuela, que la enseñó los secretos mas antiguos para confeccionar prendas.
“Antes se hacía ropa solo para vestirse, pero ahora se hace para vender”, relata Octavia Quispe, hija mayor de Victoria, recordando su niñez y ese cambio que se produjo en Cusco con el arribo de turistas y la ciudadanía que gusta de la ropa en fibra de alpaca.
Victoria pasó necesidad, su tiempo lo dedicó a cuidar a sus hijos, y después a desplazarse por fibra, buscar flores de colores para teñirlos en ollas de arcilla puestas sobre fogón, luego hilarlos finamente.
El siguiente procedimiento es el más elegante que se puede apreciar en los andes de Canchis y la región del Cusco, ver a una mujer sentada con trajes típico y los hilos atados en su cintura y estacas de chachacomo para comenzar a tejer con herramientas como “tejedores” hechas de hueso de camélido alpaca y chachacomos.
En los últimos 20 años el trabajo de Victoria destacó, de cada feria que concurría retornaba con un premio o reconocimiento, testigo de ello sus hijos que lograron aprender la técnica ancestral del telar a cintura, los mayores incluso piensan en trascender con el telar a pedal para masificar la producción de chullos o gorras, mantas, chalinas, chals entre otras prendas.
La pandemia de covid-19 afectó a Victoria como a muchos, y como a la mayoría también le generó ideas para emprender, y con ayuda de organizaciones, emprende y pone por plataformas virtuales su producción, esta vez buscará que sus clientes no solo sean vecinos de Cusco, o de otras regiones, sino de otros países por medio de la página web Hilando Victoria y redes sociales como Facebook, ella estará gustosa de participar en ferias internacionales llevando su arte ancestral, aquellos que aprendió de sus ancestros.
Fuente: Agencia Andina