Close

Perú: Rinden tributo al payaso más viejo del mundo

Ricardo Farfán, el payaso más viejo del mundo, cumple 96 años.

Integrantes de la Asociación Cultural de Payasos y Artistas de Circos del Perú rindieron homenaje a Ricardo Farfán Iturre, conocido como Pitito, y considerado no solo como una leyenda en el arte de hacer reír a la gente, sino que además es el payaso más longevo del mundo. Vea aquí la galería fotográfica.


Pitito recibió un tributo por sus 96 años. Y lo pasó junto a colegas, de todas las edades y provenientes de diversos puntos del país. Todos querían un selfie con el hombre que representa a lo mejor y lo más puro del arte de brindar alegría a personas que nunca vio en su vida.  Sonreía, miraba y disfrutaba de las actuaciones de sus colegas. Se reencontró con algunos de los muchos  compañeros de carpa con los que forjó amistad en su interminable peregrinaje por el Perú. Pasó 91 años haciendo reír en la carpa de un circo. 


Nació en el año 1924 en Cañete. Su vida de artista empezó cuando a sus cuatro años su padre le pintó la cara para que lo ayude a hacer chistes. 
Recuerda la entrevista que nos concedió el año pasado a propósito del Día del Padre.

¿Cómo se llamaba su papá?

Mi papá se llamaba Juan Antonio Farfán Aguirre, era chalaco. Mi madre fue Valentina Iturre Calderón y nació en Pomata, Puno. Hemos sido varios hermanos. 

¿Y cómo le decían a su papá como payaso?

A mi papá le decían chimenea. Es una chapa que le gustó ponerse, igual que yo que cuando era chico me gustaba tocar los pitos, entonces de ahí me pusieron Pitito.

¿Qué recuerda más de aquella primera vez en el circo y ante tanto público?

Mi papá me pintó la cara a los cuatro años. Me sacó al picadero -así se llama el lugar donde se trabajan los números del circo- y empecé a ayudarlo. Él hacía canciones, coplas con guitarra y yo le respondía al revés.

Actualmente, soy el payaso más viejo del Perú y del mundo, no hay ningún payaso de la edad que yo tengo y que se pinte la cara. Yo todavía trabajo.

¿Es verdad que muchas veces el payaso está llorando por dentro pero igual tiene que hacer reír al público?

Algunas veces hay momentos en que uno sabe llorar y reír. Por ejemplo, mi padre falleció y yo tenía que seguir trabajando en el circo, mi madre falleció y yo debía seguir las funciones, igual con mi hermano y tenía que salir a hacer mis chistes al público. Y mi hijito que murió de tres meses.

¿Su hijo también?

Yo estaba trabajando en Chincha y vinieron mis cuñados de Ica. Terminó mi actuación y me dicen que mi hijo había fallecido. Llego y ya lo estaban velando, mientras yo trabajaba haciendo reír, mi hijo estaba siendo velado. Pero así es el espectáculo, el payaso debe hacer reír aunque por dentro esté llorando.

Siempre está preparado para otra actuación…

Allí usted ve la cantidad de sombreros que tengo, de todos los tamaños. Tengo mi bolsita, la pintura de payaso, la peluca, listo para salir a trabajar.

¿Entonces no piensa en el retiro?

No todavía… por mí yo quisiera salir a trabajar ahora. Actualmente podría trabajar en cualquier circo. A la hora de trabajar me expreso más, me preparo para hacer los chistes.

¿Qué siente cuando ve a un niño reír?

Me siento alegre, contento porque hago reír a chicos que a veces son serios.

¿Qué es lo que más recuerda de niño durante sus actuaciones?

Recuerdo tantas cosas en esta vida de circo, me han contratado circos chicos y medianos. También un gran circo, eran chilenos y otro gran circo para fiestas patrias. Mi circo se llamaba el “Circo Farfán”, después cuando ya vinieron mis hijos lo llamamos Hermanos Farfán. 

¿Y hasta dónde llegó su circo?

Hemos salido hasta la provincia del Oro en Ecuador y en el Perú hemos recorrido todas las provincias. 

¿Cuántas personas calcula que vieron el espectáculo de Pitito? 

Pasan los 10 millones. Por lo menos en cada función entraban 800 personas y a veces hacíamos cuatro funciones en la semana.

¿Qué le diría a un payaso que empieza?

El payaso tiene que ser ocurrente, mímico, alegre, improvisar los chistes, ser jovial y caer bien al público. Hay payasos que son malucos, que no hacen reír a nadie ni aunque le hagas cosquillas. Con el favor de Dios nunca nadie me ha tenido que decir fuera, ni sacar del escenario, ni han dicho que no valgo.

Cuándo se encuentre con Dios…¿lo hará reír?

Ya él sabe lo que soy yo, desde que nací él me puso en este mundo, todo está escrito. A él le pido que aclare mi vista y no me deje ciego. Con la edad que tengo yo a veces muchas personas no ven bien.

Pitito tiene muchas ganas de seguir trabajando pese a sus nueve décadas porque eso lo hace sentir vivo y por eso quien desee ayudarlo a seguir su sueño y contratar sus servicios puede contactarlo al número 981-519686.

Fuente: Andina

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

0 Comments
scroll to top