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El gobierno de Odebrecht

La demanda de Odebrecht contra el Estado peruano en el Ciadi por US$ 1,200 millones provocó una gran crisis en el gobierno ‘de facto’ de Martín Vizcarra. La empresa brasileña lo puso en jaque y está cercano al jaque mate.

Si negocia como Odebrecht quiere, pierde. Si se niega, el acuerdo de colaboración se cae. Que Vizcarra y el Premier sostengan la salida de sopetón de cuatro ministros estaba prevista es un cuentazo. Nadie lo creerá.

El mandatario trabajó para Odebrecht. El saliente ministro de Energía y el reemplazante también. Asimismo, el gerente de Perupetro y sabe dios quiénes más. Odebrecht quiere dinero como sea, tiene una pléyade de abogados y estrategias para lograrlo.

Los fiscales anticorrupción, el procurador recientemente desaforado, las instancias estatales que manejan el tema del Ciadi no atinaron a colocar una cláusula en el acuerdo de colaboración con la empresa referente a que esta no podía recurrir a una instancia internacional.

El tal acuerdo solo lo conocen quienes lo hicieron entre gallos y medianoche. Es más, está embargado y coloca al país en manos de los fiscales Vela, Pérez, el exprocurador Ramírez y la jueza Álvarez Camacho que lo validó.

Siempre se criticó que se incluyeran cuatro ridículos casos en el acuerdo: la carretera Interoceánica (tramos 2 y 3), la línea 1 del metro de Lima (tramos 2 y 3), la Vía de Evitamiento en el Cusco y la Costa Verde del Callao. Como reparación el Perú recibirá magros S/ 610 millones pagaderos en 15 años.

Ahora vemos que el gobierno y sus fiscales evitaron incorporar al Gasoducto. Creer que faltó coordinación entre las instancias del Estado relacionadas con el robo de Odebrecht es ingenuo. Solo queda pensar que si el procurador y los fiscales, tan autosuficientes y por encima de las instituciones, no repararon en ello fue por favorecer a la empresa corrupta.

Sin embargo, a Odebrecht se le entregaron S/ 524 millones por Chaglla y nos demanda en Ciadi por aproximadamente diez veces más.

La empresa tiene tubos en el Gasoducto, cuyo mantenimiento le cuesta al Perú US$ 47 millones al año, luego de la anulación del contrato por PPK en el 2017. Los tubos son activos y con estos enfrentará a sus acreedores con estos.

Odebrecht fue al Ciadi porque se le acababa el plazo para presentar la demanda. Todo, absolutamente todo era conocido por Vizcarra y compañía. Las traiciones de este son legendarias. La opinión pública ‘piteó’ con razón por la demanda de Odebrecht. Y el mandatario cortó la pita sacando al exprocurador Ramírez.

No contó con que este se defendería. Vizcarra declaró que saldrían airosos ante el Ciadi. Trata el tema como un partido de fútbol. Queda claro que Odebrecht pone y saca a ministros y a presidentes. El actual gobernante ‘de facto’ no será la excepción.

Fuente: Expreso

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