Moderna técnica es mínimamente invasiva y rescata las arterias obstruidas por falta de irrigación sanguínea.
La diabetes es conocida como la enfermedad silenciosa, aquella que a menudo no produce síntomas y por ello la mayoría de casos son diagnosticados cuando ya han provocado severos daños en muchos órganos como el páncreas, vasos sanguíneos atrofiados que causan la amputación o pérdida de algunas extremidades.
Sin embargo, especialistas del servicio de radiología intervencionista del hospital Guillermo Almenara de EsSalud, a través de una moderna y especializada técnica, han logrado evitar en lo que va de la pandemia más de 60 amputaciones mayores de pacientes diabéticos.
¿En qué consiste esta proeza médica?
El vocero de EsSalud, Miguel Bedriñana, explicó que la técnica de rescate endovascular busca restaurar el flujo de la arteria comprometida que irriga la parte inferior de los pacientes diabéticos, buscando que el miembro inferior recupere su flujo vascular y se evite su amputación.
“Para recuperar ese flujo se utilizan balones delicados y microvías que van a ir buscando el camino donde estaba la arteria nativa, de esa manera se infla el balón por dentro de la arteria y se reabre el flujo”, sostuvo.
En algunas oportunidades los balones contienen un líquido especial que evita en el tiempo que se vuelva a obstruir.
La diabetes se produce cuando el páncreas deja de producir suficiente insulina, hormona necesaria para regular el nivel de azúcar en la sangre, o cuando el organismo no consigue utilizar la insulina que produce.
Esta hormona es fundamental en el organismo porque ayuda a que los azúcares de los alimentos que ingerimos lleguen a las células del cuerpo, donde se transforman en energía. Cuando este fenómeno no se produce, la persona padece diabetes.
El exceso de glucosa es perjudicial para el organismo y puede ocasionar complicaciones, como la ceguera, problemas cardiovasculares, debilitamiento muscular y cansancio, fallo renal o el pie diabético que es la pérdida de sensibilidad en los pies, por lo que el paciente presenta pequeñas lesiones que pueden acabar en infecciones y gangrena, que en último término conduce a la amputación.
La pérdida de la extremidad en estos pacientes produce un severo impacto negativo en el ámbito social, económico y psicológico; de tal manera que 7 de cada 10 de ellos mueren al año de la amputación como consecuencia de diversas complicaciones.
Se evitó que perdiera la pierna
Braulio de la Cruz, de 74 años, paciente diabético desde hace dos décadas, además de padecer insuficiencia renal e hipertensión, presentaba una herida en la pierna que no cicatrizaba, al igual que una lesión en un dedo del pie.
Se le sometió a un examen especializado y se determinó que varias arterias estaban cerradas, por lo que el siguiente paso era la amputación, de no haberse utilizado esta moderna técnica.
“Estoy muy agradecido con EsSalud y con todo el equipo de profesionales que evitaron que perdiera la pierna, no sé qué hubiera hecho sin ella, mi vida habría cambiado drásticamente”, sostuvo visiblemente emocionado.
Don Braulio está muy contento, sus 10 hijos también. Al igual que él, Vicente Ávalos tenía obstruidas casi todas las arterias que irrigan su pierna, el miembro inferior estaba tan comprometido que lo único que quedaba era amputar media pierna.
Fue candidato para ser intervenido bajo esta misma modalidad y hoy ya está en su casa.
Durante toda la pandemia en el hospital Guillermo Almenara se ha continuado con las operaciones a los pacientes diabéticos, por lo que se han evitado hasta tres amputaciones mayores por semana.
Fuente: Agencia Andina