Investigador James Apaéstegui alerta sobre deforestación, minería ilegal y avance de cultivos industriales.

La mejor estrategia para ayudar a los bosques es la educación, asegura el ingeniero James Apaéstegui, investigador científico del Instituto Geofísico del Perú (IGP), al conmemorarse hoy, 1° de setiembre, el Día del Árbol.

En un artículo titulado ‘La Amazonía: reserva de Agua para los Andes’, el investigador aboga por una educación “que considere a la naturaleza como parte vital de un sistema para mejorar la calidad de vida de las personas y que fomente el desarrollo sostenible de los bosques”.

El 60 % del territorio peruano está cubierto de bosques, característica que coloca al Perú en el noveno lugar entre los países con mayor extensión forestal del planeta, resalta Apaéstegui, al plantear la necesidad de un mayor esfuerzo colectivo para defender la Amazonía. 



Importancia de la Amazonía

Conmemorar el Día del Árbol nos lleva directamente a pensar en la Amazonía y en su importancia para la humanidad, escribe.

“El 70 % de las plantas alimenticias y el 80 % de las especies medicinales del Perú proceden de sus bosques, los que no solo consiguen capturar los gases del efecto invernadero, sino que también sirven como hábitat para especies endémicas”, continúa.
El texto deja en claro que la importancia del bosque se sitúa bastante más allá del valor monetario de sus recursos forestales y su materia prima. 

“Los bosques disminuyen los procesos de erosión y pérdida de los suelos”, añade el investigador del IGP, quien resalta, además, que “son parte de nuestra identidad cultural e importantes en la economía del país”.



Andes y Amazonía

Entre los roles vitales de los bosques, el artículo destaca la regulación del ciclo hidrológico, de particular interés en el territorio peruano. 

“Recientes investigaciones han puesto en evidencia que aproximadamente el 50 % de la humedad que llega a la región andina proviene de procesos asociados al reciclaje de humedad en el bosque amazónico”, puntualiza Apaéstegui. 

“No obstante, este enfrenta severas amenazas: la deforestación, la minería ilegal y el avance de los cultivos industriales”.

Riesgo latente

“Los árboles empiezan a alterar su dinámica natural para adaptarse, lo que sumado a los impactos antrópicos podría generar daños irreversibles en el ecosistema y devenir en la probable pérdida de la Amazonía”, observa el investigador del IGP con preocupación.

Fuente: Agencia Andina

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