Cada vez es más frecuente escuchar a personas quejarse de sentirse agotadas o desmotivadas en su centro laboral, incluso manifiestan agotamiento físico, mental e incluso emocional que estaría vinculado al estrés causado por el trabajo y su estilo de vida.
A este conjunto de síntomas se le denomina Síndrome de Burnout, una condición que se prolonga en el tiempo y provoca en el trabajador un agotamiento físico y emocional, que afecta su capacidad para pensar con claridad, dañando gravemente su autoestima y concentración.
Así lo explica el psicoterapeuta Pedro Ponce, miembro del Instituto Peruano de Psicoterapia Cognitivo Conductual (Ipsicoc), quien señaló que la incidencia de este problema puede llegar a tal punto que, para la persona afectada, el trabajo se vuelve aversivo y doloroso.
“Es posible que la persona no se dé cuenta de que tiene este síndrome, que se sienta muy mal, no le encuentre sentido a lo que hace, se canse, se distraiga más y, aun así, continúe trabajando”, indicó en una entrevista para Andina Canal online.
Agregó que, en muchos casos, los trabajadores no piden ayuda porque piensan que es su culpa, ya sea porque creen que no están haciendo lo suficiente o porque se consideran perezosos.
“Ya no podrá trabajar porque lo que antes le gustaba ya no le gusta, porque lo que antes podía tolerar, ahora le resulta intolerable, e incluso llega a ir al trabajo llorando”, precisó Ponce.
Este síndrome está asociado con la distracción constante; un trabajador puede pasar horas frente a una computadora sin avanzar en su labor y seguir sufriendo.
Manifestaciones y síntomas
La somnolencia excesiva o el insomnio, la falta de concentración, los mareos e incluso la visión borrosa son algunos de los síntomas que experimentan las personas con síndrome de Burnout.
Dado que está relacionado con el estrés, también se observan efectos psicológicos. El psicoterapeuta explicó que, debido a la sobrecarga, la persona comienza a irritarse más y desarrolla cierta aversión hacia el trabajo. También hay síntomas depresivos, como desánimo, falta de voluntad y un cansancio excesivo.
“Se va a dormir y al día siguiente sigue cansado, como si no hubiera descansado, porque su sueño ya no es reparador y está estresado. Puede enfermarse con mayor frecuencia porque su sistema inmunológico está debilitado. Además, se vuelve más nervioso, irritable y asustadizo”.
Recomendaciones
Ponce aconseja a las personas desarrollar actividades creativas y deportivas como pasatiempos. Asimismo, recomienda prestar atención a las distintas áreas de la vida, como la familiar, de pareja o de amigos, para lograr un equilibrio entre ellas.
También exhorta a jóvenes y adultos a disfrutar de la vida y a no intentar ser perfectos ni exigirse al punto de poner en riesgo su salud emocional.
Finalmente, sugiere evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias.