A propósito de la aparición de un ejemplar de puma andino en la ciudad de Tacna, que felizmente fue capturado con vida, conozcamos un poco más de esta especie. Es un felino que habita en Perú y en toda la Cordillera de los Andes, en América del Sur. Este majestuoso depredador es considerado el segundo felino más grande del continente, después del jaguar y el cuarto en el mundo.
Conocido también como puma o león de montaña, su relevancia abarca desde el ámbito ecológico hasta el cultural, científico y económico, siendo vital su protección y conservación para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas andinos y el bienestar de las comunidades humanas que dependen de ellos.
Es, entre tanto, un cazador solitario y nocturno. Posee una gran agilidad y velocidad, siendo capaz de alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora en distancias cortas. Presenta una longitud corporal que puede alcanzar entre 1.5 y 2.5 metros, incluyendo su cola larga y gruesa. Y su peso varía entre los 50 y 90 kilogramos, dependiendo del sexo y la disponibilidad de alimento en su hábitat. El color del pelaje varía desde el marrón grisáceo (regiones de la costa y sierra) al marrón rojizo (regiones amazónicas), debido al hábitat que ocupa.
La principal fuente de alimento del puma andino son los herbívoros de la región, como venados, guanacos y vicuñas, aunque también se alimenta de roedores y otros pequeños mamíferos. Su cuerpo es robusto y musculoso, está adaptado para la caza y la vida en terrenos montañosos. Su pelaje corto y denso, generalmente de color marrón o pardo, le permite camuflarse en su entorno.
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A diferencia de otros felinos, el puma andino no ruge, sino que emite sonidos similares a silbidos, gruñidos y chirridos para comunicarse con otros individuos. Además, de tener una visión y audición agudas, lo que le permite detectar presas o posibles amenazas en su entorno.
Su hábitat se extiende desde las regiones altas de los Andes hasta las selvas y bosques de tierras bajas. Se adapta y puede sobrevivir en una amplia variedad de ecosistemas, siempre y cuando disponga de suficiente espacio para cazar y reproducirse.
Sin embargo, a pesar de su adaptabilidad, el puma andino enfrenta diversas amenazas, incluyendo la pérdida de su hábitat debido a la deforestación y la expansión humana, la caza furtiva y la disminución de sus presas naturales. Como resultado, la especie se encuentra en peligro de extinción en algunas áreas de su distribución.
Su conservación es fundamental para mantener el equilibrio ecológico de los ecosistemas andinos. Por ello, es necesario promover la protección de su hábitat y la implementación de medidas para evitar la caza ilegal. Del mismo modo, es importante fomentar la educación y conciencia ambiental para garantizar la supervivencia de esta magnífica especie y su papel crucial en el ecosistema andino.
Es un animal silvestre categorizado como “Casi Amenazado”, según el D.S. N.º 004-2014-MINAGRI. Se encuentra también incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). Su caza y captura no autorizada es un delito que se sanciona con una multa no menor a 10 UIT y un proceso penal con pena privativa de la libertad.