En circunstancias en que el virus puede afectar, según los expertos, entre el 25 y 70% de cualquier país infectado, el Minsa tiene en Lima solo 70 camas para hospitalización.
Tenía asidero al menos intuitivo el rumor de que el coronavirus era mucho más grave de lo que informaban los chinos, en cuya ciudad de Wuhan aparece este virus letal, probablemente en un mercado de venta de animales salvajes. No es que China haya optado mal, aclaremos, al contrario. El gigante oriental organizó, con mano de hierro, la cuarentena más grande y draconiana de la historia.
“Las fábricas cerraron, el transporte público se detuvo y se ordenó a la gente que se refugiara. Esto aumentó la conciencia y cambió el comportamiento. Sin ella, China ya habría registrado varios millones de casos y decenas de miles de muertes”, señala The Economist en su edición de ayer.
Aun así, con una China que compró tiempo a favor de otros países, el prestigioso semanario británico nos advierte que “la semana pasada quedó claro que la nueva enfermedad viral, covid-19, que llegó a China a principios de diciembre, se extenderá por todo el mundo. Muchos gobiernos han estado señalando que detendrán la enfermedad. En su lugar, deben comenzar a preparar a las personas para el embate”.
La citada publicación previamente indica que, en salud pública, “la honestidad vale mucho más que la esperanza”. Por eso es que llama la atención que las autoridades de Salud informen a la opinión pública que tenemos módulos o equipos del Ministerio de Salud para atender 40 posibles casos y, en cuanto a pacientes graves, solo para 75 hospitalizaciones en Lima. ¿Honestidad o insulto al sentido común si de pandemias se trata?
Para que no haya dudas en nuestras autoridades, hay en el mundo una suposición general de que entre el 25 y 70% de la población de cualquier país infectado “puede contraer la enfermedad”.
Pero tampoco seamos alarmistas porque la experiencia china sugiere que aproximadamente el 80% de los infectados será leve, el 15% necesitará tratamiento en hospitales y solo el 5% requerirá cuidados intensivos.
Aún sí, este mal puede ser -añade la citada revista- de cinco a diez veces más letal que la gripe estacional, la misma que con una tasa de mortalidad del 0.1%, mata a 60,000 estadounidenses en un mal año. Dicho de otra forma, con el coronavirus la cifra de muertos podría ser de millones en el mundo, trayendo a la memoria la llamada “gripe española”, la primera pandemia global que, de 1918 en adelante, dicen que mató unas 100 millones personas en plena guerra mundial.
OTRAS OPINIONES
Esta sensación es compartida por personalidades como el primer ministro de Australia, Scott Morrison, quien dijo que su país está actuando sobre la base de una pandemia y que los hospitales tienen orden de garantizar suficientes suministros médicos, material de protección personal y recursos humanos, según la agencia Reuters.
“Todo indica que el mundo entrará pronto en una fase pandémica del coronavirus”, añadió Morrison en Canberra, preocupado porque en su país hay 23 casos con el virus.
Para el gurú de las crisis financieras, Nouriel Roubini, “cada vez está más claro que se trata de una pandemia mundial”, en lugar de un brote focalizado en China, por lo que aún no se puede saber si habrá otros países que experimentarán un impacto más severo, reseña la web finanzas.com.
En esta incertidumbre, el problema es cómo afrontar el problema, sobre todo en países, más allá de China, donde el coronavirus ya está instalado. Nos referimos a Corea del Sur, Italia e Irán.
La rápida propagación del virus en dichas latitudes también se ajusta a la definición de pandemia, en circunstancias en que la ciencia médica aún no encuentra la vacuna adecuada que podría tardar unos 18 meses en producirse.
En Corea del Sur ya son 1,595 las personas que portan el mortal virus, según RT en español, por lo que junto con Estados Unidos postergaron sus maniobras militares conjuntas.
Italia dio cuenta, este jueves, de 650 casos confirmados en su territorio, por lo que el turismo se hunde y el pánico aumenta, mientras otras naciones toman medidas para limitar los viajes hacia y desde las zonas italianas afectadas. Entretanto, el número de muertes subió a 12.
Irán, por su parte, declaró 141 casos y 22 decesos, la cifra más alta en el exterior de China, señalan los despachos del exterior. Hay que subrayar que la vicepresidenta para Asuntos de la Mujer y de la Familia, Masumeh Ebtekar, está contagiada de coronavirus y permanece en cuarentena en su casa.
NIÑO ES EVALUADO…
Un menor de cinco años proveniente de Corea del Sur está siendo evaluado bajo estrictas medidas de seguridad en el Hospital Regional de Lambayeque por presuntamente haber contraído el coronavirus. No está confirmado, según Omar Tineo, director del Hospital Regional, y Dafne Moreno, jefa de Epidemiología de la Gerencia de Salud. El pequeño será trasladado a Lima para descartes finales. Este se suma a otros casos descartados como en Puno y Tacna.
TRES LECCIONES
En medio de esta incertidumbre los expertos consideran que es muy difícil que las democracias de Occidente estén dispuestas a seguir el ejemplo de la cuarentena draconiana en Wuhan, una región con unos 50 millones de habitantes, porque en el fondo implica la violación de derechos fundamentales de los ciudadanos.
Tal vez por ello The Economist recurre a la mesura de resumir la realidad hasta ahora vivida en tres lecciones básicas: “hablar con el público, retrasar la transmisión de la enfermedad y preparar los sistemas de salud para un aumento en la demanda”.
“El mejor momento para informar a las personas sobre la enfermedad es antes de la epidemia. Un mensaje es que la fatalidad está correlacionada con la edad. Si tienes más de 80 años o tienes una afección subyacente, tienes un alto riesgo; si tienes menos de 50 años, no. Ahora es el momento de persuadir al futuro del 80% de los casos leves para que se queden en casa y no corran al hospital”.
Como señala Gan Kim Young, exministro de Salud de Singapur, la transmisión del virus es a través de gotas pequeñísimas emitidas por la persona infectada y que entran por la nariz, ojos o la boca de cualquier persona. También a través de las manos que toman contacto con mesas, sillas, pasamanos, sobre todo en lugares de afluencia pública, para después tocarse la cara (boca, nariz, ojos).
Aquel país aprendió con éxito de otro coronavirus, el SARS, y aplicó en forma temprana estas lecciones básicas que no son otra cosa que lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara, como insiste Kim Young a partir del llamado modelo de Singapur.
“La segunda lección de China es que los gobiernos pueden retrasar la propagación de la enfermedad”. Aplacar la epidemia en su punto más alto traerá como consecuencia que los sistemas de salud están menos abrumados, “lo que salva vidas”, recomienda The Economist.
“Cuando los países tienen pocos casos, pueden seguir cada uno, rastrear contactos y aislarlos. Pero cuando la enfermedad se está extendiendo en la comunidad, eso se vuelve inútil. Los gobiernos deben prepararse para el momento en que girarán hacia el distanciamiento social, que puede incluir cancelar eventos públicos, cerrar escuelas, escalonar horas de trabajo, etc. Dada la incertidumbre, los gobiernos tendrán que elegir qué tan draconianos quieren ser”, detalla.
“La tercera lección es preparar los sistemas de salud para lo que está por venir. Eso implica una planificación logística minuciosa. Los hospitales necesitan suministros de batas, máscaras, guantes, oxígeno y medicamentos. Ya deberían estar conservándolos. Se quedarán sin equipo, incluidos los ventiladores. Necesitan un esquema sobre cómo reservar salas y pisos para los pacientes de covid-19, sobre cómo hacer frente si el personal se enferma y cómo elegir entre pacientes si están abrumados. A la fecha, este trabajo ya debería haberse hecho”.
FACTOR ROUBINI
EXPRESO publicó hace pocos días las predicciones de economistas la talla de Nouriel Roubini y de Ricardo V. Lago sobre el desplome de las bolsas de valores en el mundo, también del crudo y de los bonos del Tesoro norteamericano, a la par del avance del virus que nos ocupa.
Hasta ayer, los mercados mundiales llevan seis días seguidos de caídas, con pérdidas de más de 3.6 billones de dólares. Esta constatación es unánime.
Para Ruobini, quien vaticinó la crisis del subprime en 2008, el daño a China ha sido grave y “las cadenas de suministro mundiales se verán seriamente afectadas”.
Todo esto sucede -añade- en un momento en el que el PIB chino representa el 20% del PIB global, y no el 4% que tenía en 2003 cuando estalló la crisis del antes citado SARS, otro síndrome agudo respiratorio.
A lo anterior se debe sumar el shock económico que se espera de economías grandes como las de Japón, Corea del Sur o Italia, sin hablar de otros mercados desarrollados y emergentes.
Incluso en Estados Unidos la confianza de los consumidores se verá afectada porque ellos “preferirán quedarse en sus casas”. “Lo peor está por llegar”, remata el llamado “Dr. Catástrofe”, a quien todos escuchan por ser el principal agorero de males de Occidente y Oriente.
TAMBIÉN ESPAÑA
Despachos provenientes de España confirman que este país ya tiene veintitrés casos de coronavirus que se encuentran hospitalizados, uno de ellos grave. “En las últimas horas hemos conocido seis nuevos casos en la Comunitat Valenciana y dos en Castilla y León”, informa La Vanguardia.
CAÍDA DE LA BOLSA
“Me preguntan cuántos meses podría seguir cayendo la bolsa y en cuánto. Respuesta: si tomamos los únicos tres precedentes históricos (comparable sobrevaloración de partida): 1929, 2000, 2007, la caída duraría entre 20 y 40 meses y el porcentaje acumulado de caída sería 50% o más”, escribe Ricardo V. Lago en Twitter.
Fuente: Expreso