En los bosques de Junín crece un café con aroma y acidez particulares que es producido por las comunidades indígenas asháninkas y nomatsiguengas del distrito de Pangoa, provincia de Satipo, bajo el acompañamiento técnico del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
El café bajo la sombra de los árboles del bosque es un producto de exportación, muy conocido en el mercado europeo y tiendas gourmet. Crece en el bosque amazónico, bajo la sombra de árboles como el tornillo (Cedrelinga cateniformis), la cumala (Virola sp.) y la moena (Nectandra reticulata). Uno de sus mejores atributos es que está libre de plagas y enfermedades.
Apoyo del Serfor
El Programa Forestal del Serfor brinda asistencia técnica en la producción de café bajo sombra del bosque a 104 productores miembros de las comunidades nativas Etzoniari Alto Crotishari, Mencoriari y Shora, del distrito de Pangoa, en la provincia de Satipo.
Este sistema de producción evita la deforestación, mantiene los servicios ecosistémicos del bosque, protege la flora y fauna silvestre. Además, se produce orgánicamente, libre de pesticidas o fertilizantes químicos, destaca Fernando Canchanya, especialista en manejo forestal comunitario del Serfor.
“Cultivamos un café de alta calidad en baja altura. Lo hemos logrado gracias a un sistema de siembra bajo sombra que genera un microclima que favorece el crecimiento de nuestras plantas”, asevera Wilmer Mahuanca, jefe de la comunidad nativa Mencoari.
Producir en armonía con el bosque
“En la comunidad nos dedicamos a la caficultura en armonía con el bosque. Hemos aprendido que no tenemos que deforestar para tener una buena producción, y hemos aprendido además que con nuestra forma de trabajo los cafetos van a durar mucho más tiempo”, sostiene Willy Chimanca, jefe de la comunidad nativa de Shora.
Agrega que desde el 2015 participan en las ferias regionales ofreciendo sus producciones de café especial bajo sombra, con el apoyo de instituciones como el Serfor y el programa Conservación de Bosques. “Al principio tuvimos problemas por no contar con una organización para facilitar la venta de nuestro producto. Entonces, nació la asociación Sinchiri, que significa fuerte”, remarca.
La producción de estas comunidades totaliza alrededor de 60 toneladas por año. Para exportación se cuenta con café verde, y las naciones europeas constituyen el principal mercado. En nuestro país se comercializa en las principales cafeterías y tiendas gourmet.
“Lo que buscamos en el proceso de la articulación comercial es que las comunidades asháninkas y nomatsiguengas busquen el acercamiento al mercado internacional mediante las exportaciones directas”, indica César Meza, responsable de la articulación comercial del café bajo sombra.