El Día Nacional del Cuy se celebrará el viernes 9 de octubre y esta efeméride nos recuerda la importancia de valorar a este poderoso aliado de la seguridad alimentaria desde tiempos ancestrales. La carne de esta especie oriunda del Perú, donde existen cuatro razas o variedades, es considerada un superalimento cuyas comprobadas bondades nutritivas previenen y ayudan a vencer diversas enfermedades, además de combatir eficazmente la anemia y la desnutrición.
La carne de cuy es un alimento de excelente sabor y calidad. Se caracteriza por contener alto nivel proteico y bajo en grasa; además, posee colesterol de buena calidad, minerales y vitaminas. A propósito del Día Nacional del Cuy, aprecia todas las bondades nutricionales de este superalimento ancestral andino del cual el Perú es el principal productor a escala mundial.
Superalimento
La carne de cuy tiene un alto valor biológico, por lo que es considerado un superalimento, debido a que contiene los aminoácidos y ácidos grasos esenciales requeridos en la nutrición humana. Su consumo contribuye a la seguridad alimentaria y a fortalecer la identidad nacional.
Según el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa), la carne de cuy contiene 20.3 % de proteína; 1.6 % de grasa; 1.2 % de minerales y 0.1 % de carbohidratos totales y disponibles. Estos valores superan a los que registran la carne de ave, vacuno y ovino.
Entre los minerales identificados en la carne de cuy destacan el calcio (29 miligramos), fósforo (29 mg.), zinc (1.57 mg.) y hierro (1.9 mg.). Asimismo, posee vitaminas como la Tiamina (0.06 mg.), Riboflavina (0.14 mg.) y la Niacina (6.50 mg.); mientras que su aporte de energía alcanza las 96 kilocalorías (Kcal).
Las proteínas están compuestas de 22 aminoácidos comunes, que en distintas combinaciones forman los bloques que constituyen todas nuestras células que son esenciales para la casi totalidad de las funciones de nuestro organismo. El cuerpo puede sintetizar efectivamente 13 de estos aminoácidos a partir de la comida, mientras que los 9 restantes conocidos como aminoácidos esenciales deben ser aportados directamente por la dieta diaria.
La carne de cuy tiene alta digestibilidad, bajas trazas de colesterol y triglicéridos, alta presencia de ácidos grasos linoleico y linolénico, esenciales para el ser humano. La existencia de estos ácidos grasos es muy baja o casi inexistentes en otras carnes, y estos ácidos grasos son precursores de la conformación del ácido graso araquidónico (AA) y ácido graso docosahexaenoico (DHA). Ambas sustancias son vitales para el desarrollo de las neuronas y las membranas celulares.
Versatilidad de la carne de cuy
Hay que tener en cuenta que la carne de cuy es muy versátil y no solo puede consumirse directamente como insumo para preparar tradicionales y suculentos potajes como el cuy chactado o el chicharrón de cuy, sino también puede ser aprovechado por la industria alimentaria para producir derivados como embutidos, jamón y nuggets o trozos empanizados.
Razas de cuy
Con el fin de potenciar esta actividad, el INIA ha consolidado en los últimos 20 años la generación de 4 razas de cuy con alta calidad genética formadas de los interraciales para aprovechar su vigor híbrido. Estas razas presentan alta capacidad cárnica, obtienen mayor peso en menor tiempo, son prolíficos, precoces, entre otros.
En el 2004 INIA lanzó la raza Perú, la cual se caracteriza por su progenie y actúa como mejorador siendo utilizado en cruces terminales para ganar precocidad. Tiene alta calidad cárnica, alcanzan un kilogramo a las 8 semanas de edad y las hembras entran al primer empadre a los 56 días con una fertilidad del 98%.
Por su parte, la raza Andina, desarrollada en el 2013, es prolífica, su fertilidad alcanza el 98.5%, son de partos múltiples predominando los de camadas triples y cuádruples (64.5%), quíntuples y séxtuples (14.5%).
En tanto, la raza Inti, es seleccionada por su buen peso y prolificidad en términos reproductivos.
La cuarta raza es llamada Kuri, desarrollada también por científicos del INIA y presentada en sociedad en diciembre de 2021. Esta nueva raza destaca por su gran tamaño, alta calidad genética y mayor producción de carne.
El INIA destacó que, por su buena composición genética, la nueva raza Kuri se desarrolla bien en climas templados, se adapta a condiciones de costa norte, centro y sur, así como de la sierra pudiendo mantener su productividad optima hasta los 2,800 metros sobre el nivel del mar, aunque mantiene sus estándares productivos hasta los 3,600 metros de altitud.
La nueva raza Kuri se caracteriza por tener una alta capacidad cárnica con un 73.5 % de rendimiento de carcasa; además puede ser utilizada en los tres sistemas de producción como son: familiar, familiar-comercial y comercial. Tiene la capacidad de alcanzar su peso comercial de un kilo a las 8 semanas de edad, acortando su tiempo de salida al mercado. Su uso le permitirá al productor mejorar el peso de los cuyes regionales en 44 % e incrementará el tamaño de camada, con ello podrá lograr un ingreso económico superior en 80 %.
Según el INIA, gracias a estas ventajas el cuy Kuri promete mejorar la producción y comercialización de esta cadena productiva, beneficiando la economía de más de 7,000 familias productoras, las cuales podrán generar por año más de 148,000 crías.
Producción nacional de cuy
Según el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) la población de cuyes en el país se incrementó, de 16 millones 520,092 ejemplares en el año 2015, a 19 millones 725,802 en el 2019. Este incremento poblacional contribuyó al fortalecimiento del sistema económico familiar-comercial de más de 817,000 familias en todo el Perú dedicadas a la crianza de cuyes y con ello aumentó también las posibilidades de generación de puestos de trabajos familiares.
Asimismo, generó un incremento en la rentabilidad de los pequeños y medianos productores que se ubican en las regiones de Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Junín, Pasco, Huánuco, Lima, Arequipa, Apurímac, Cusco, Huancavelica, Ica, Moquegua, Tacna y Puno.
Esto ha contribuido a generar fuentes de trabajo en el sector rural, además de un incremento del 84% en la participación de la mujer como líder en el proceso de la cadena productiva. Si bien, al inicio del trabajo la crianza de cuyes era una actividad solo de mujer, en la actualidad es de la familia rural.