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Energías renovables: Perú marca su camino hacia la transición energética

El cambio climático es una de las prioridades en la agenda global

Por muchos años, el desarrollo energético mundial se basaba en el uso de combustibles fósiles y, en el mejor de los casos, la generación de energía hidráulica para impulsar la industrialización.

Sin embargo, las consecuencias del uso indiscriminado de estos insumos han ocasionado drásticos cambios en el planeta, específicamente en cuestiones climáticas que han causado graves daños al ecosistema.

Consciente de esta delicada situación, el sector eléctrico fue el primero en tomar medidas para reducir estas emisiones y comenzar a virar hacia una matriz energética mucho más amigable con el medioambiente, señala informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.

Así, de acuerdo con el estudio Hoja de Ruta de Transición Energética hacia un Perú sin emisiones 2030-2050, elaborado por Deloitte e impulsado por Enel Perú, el país podría alcanzar un escenario donde la generación renovable sea el 81% de la matriz, de la cual el 35% correspondería a la participación de centrales renovables eólicas y solares.

Este cambio en la matriz significaría inversiones superiores a los 10,000 millones de dólares hacia el 2050.

Del mismo modo, el estudio muestra que, de cumplir con las actividades planteadas, se podría obtener una reducción de 51% de emisiones al 2030.

Puestos de trabajo

En comparación con el estudio antecesor (Hoja de Ruta 2020), publicado el año pasado, esta actualización propone que el proceso de descarbonización en el país crearía un mayor número de puestos de trabajo y mayor beneficio económico.

Así, este trascendental cambio generaría más de 933,000 puestos de trabajo en el país hacia el 2030, mientras que al 2050 el beneficio neto acumulado sería de 128,300 millones de dólares.

Pero el estudio actual contempla también otros sectores igual de fundamentales para el desarrollo económico del país y la reducción de los gases contaminantes. Uno de ellos es el transporte.

De este modo, en lo que a electrificación del transporte se refiere, desempeñará un papel importante en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI), llegando a una reducción de 38% de emisiones en este sector al 2050, es posible que la movilidad eléctrica llegue a un 11% de participación en los transportes privado y público al 2030.

Sin embargo, desarrollar todos estos procesos con una clara orientación hacia el cambio de la matriz energética requiere de inversiones y desarrollo tecnológico, así como de infraestructura adecuada para cumplir con los objetivos establecidos.

De acuerdo con el estudio de Deloitte, en un escenario de proyecciones (Increased Ambition), se requiere instalar adicionalmente 480 megavatios (MW) en promedio por año hacia el 2030 y, a partir de ese año al 2050, se requiere 1,070 MW en promedio anual.

Asimismo, en el escenario de Desarrollo Verde (Green Development) se precisa la instalación adicional de 527 MW en promedio anual al 2030 y, desde ese año al 2050 se requieren 1,150 MW en promedio por año.

Por su parte, los sectores Residencial, Comercial y Servicios Públicos necesitarán del 62% de la respuesta de demanda (Demand Response) en el 2050. En el caso del escenario Increased Ambition, esto alcanza los 1,282 MW, mientras que en el escenario Green Development se establece un total de 1,202 MW.

Inversiones en transporte

El transporte es, posiblemente, uno de los indicadores más exactos del dinamismo de una economía, y el Perú no es la excepción. Si el objetivo es expandir el transporte eléctrico, el informe de Deloitte refiere que precisará una inversión de 9,538 millones de dólares (Increased Ambition) y de 10,666 millones de dólares (Green Development) en líneas de expansión para cumplir con este objetivo.

El plan de inversión establecido en el estudio incluye el Plan Vinculante hasta el 2028 y el Plan de Transmisión hasta el 2032.

El primer caso está constituido por proyectos cuya ejecución se debe iniciar entre el 2023 y el 2024 y que se deberían concluir antes del 2028, por un costo de inversión estimado de 544 millones de dólares.

Este plan cuenta con 20 proyectos propuestos, 14 de los cuales están referidos a proyectos de instalaciones de transmisión de conexión (ITC) en el Horizonte Vinculante.

En cuanto al Plan de Transmisión de Largo Plazo, está integrado por proyectos no vinculantes, cuya ejecución podría concluir antes del 2032, por un costo de inversión estimado de 664 millones de dólares.

Esta iniciativa cuenta con 23 proyectos propuestos, 12 de los cuales están referidos a proyectos de instalaciones de transmisión de conexión (ITC) en el Plan de Transmisión de Largo Plazo.

Interconexiones internacionales

De acuerdo con el estudio de Deloitte, el desarrollo de interconexiones internacionales permitirá al Perú una mejor integración de mercados a partir de la exportación o importación de electricidad generada en centrales eléctricas predefinidas y el mejor aprovechamiento conjunto de fuentes intermitentes de energía.

Por ejemplo, la interconexión con Ecuador es la que tiene mayor grado de avance, encontrándose actualmente en curso ante la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión) el proceso de licitación, para la implementación de la línea de transmisión (LT) 500 kilovatios (kV) Piura Nueva – Frontera.

Del mismo modo, en el 2019 se actualizó el estudio de interconexión eléctrica Chile-Perú, en el cual se determinó que la interconexión entre ambos países resulta ser rentable y, desde el punto de vista del análisis energético, la interconexión tendría un alto factor de uso.

Esta interconexión tendría una longitud de 55 kilómetros y una capacidad de transferencia de hasta 200 MW.

Por otro lado, el hidrógeno verde se constituye una alternativa para los sectores “difíciles de escarbonizar” de la industria peruana y como un insumo que permite el reemplazo del diésel en parte de la flota de camiones de transporte de carga pesada.

Apalancado por el potencial de generación de energía a partir de fuentes renovables, el país tiene potencial para convertirse en exportador de hidrógeno verde.

La eficiencia energética resulta clave en todos los sectores económicos del país y las medidas pueden producir impactos importantes en el corto plazo.

Cifra

128.3 mil millones de dólares es el beneficio neto acumulado a valor presente, que se generaría si se impulsa la reducción de los costos sociales por la descarbonización.

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