La pandemia por la covid-19 también ha impactado significativamente en la salud mental de los peruanos, incrementando de 1.3% a 8.6% (555,000) la cifra de personas con el pensamiento de que “sería mejor estar muerto o deseaba estar muerto”.
De mismo modo, el porcentaje de personas con ideas de quitarse la vida aumentó de 0.6% a 1.6% (103,000), mientras que las cifras por depresión han crecido de 2.8 a 7.5%, con más frecuencia en las mujeres.
Estas cifras son resultado de un estudio del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), del Ministerio de Salud (Minsa), realizado en Lima Metropolitana para evaluar el impacto de la covid-19 en la salud mental. La muestra involucró a 1,823 personas adultas de 18 años a más.
Al comentar los datos, Arturo Changana, psiquiatra de emergencia del INSM, señaló que la muerte de familiares a causa del virus, la incertidumbre ante el futuro, las pérdidas económicas y el desempleo son factores condicionantes para el pensamiento e ideas de autoeliminación en tiempos de pandemia.
No obstante, precisó que para presentar una conducta suicida, es decir cuando la persona intenta quitarse la vida o lo concreta, el factor de mayor riesgo es el antecedente de intento suicida previo y la afección de patologías psiquiátricas, siendo la depresión severa su principal causa.
Entre otras causas se encuentran el trastorno límite de la personalidad, la dependencia al alcohol y otros tipos de drogas como la cocaína.
En lo que va de la pandemia hasta hoy el Servicio Emergencia del INSM ha realizado 1,542 atenciones por conducta suicida, siendo 872 por intento y 670 por ideación suicida sin intento.
Tratar la depresión
El psiquiatra recomendó a las familias, amistades, compañeros de trabajo y miembros de la comunidad estar alertas ante los cambios conductuales y emocionales que pueda presentar alguno de sus integrantes, más aún en estos tiempos de emergencia sanitaria ante una posible tercera ola.
La tristeza prolongada en forma continua (más de dos semanas), desmotivación, fatiga, pérdida de la capacidad para disfrutar de actividades placenteras, y de planificación, aislamiento social, dificultades para dormir, pérdida del apetito, problemas para concentrarse son las principales señales de una persona con depresión severa.
Por ello el experto dijo que es importante brindar a la persona apoyo y comprensión, prestarle atención, validar sus emociones, darle afecto y no dejarlo solo sino acompañarlo en la búsqueda de ayuda profesional. “El suicidio se puede prevenir tratando la depresión u otras de sus causas oportunamente”, subrayó.
Emergencia psiquiátrica
Cuando no se interviene tempranamente, los pensamientos de muerte pueden escalar y convertirse en ideas claramente suicidas, es decir cuando la persona tiene pensamientos de atentar contra su vida, lo planifica e intenta.
En ese caso se recomienda que la persona sea trasladada de inmediato a un centro de salud mental comunitario o servicio de emergencia psiquiátrica para su pronta atención porque su vida corre inminente peligro.
Cuando un paciente con riesgo suicida llega a la emergencia es evaluado de inmediato. Se determina el diagnóstico, y el tratamiento generalmente involucra medicación acompañada de intervención psicoterapéutica y continuidad cercana de controles ambulatorios.
“Si los pensamientos suicidas persisten pese a la intervención profesional, está indicado el ingreso a sala de observación en emergencia y allí se brinda un monitoreo constante porque existe un alto riesgo de que se concrete el suicidio”, subrayó.
Hoy, 10 de setiembre, se conmemora el Día Mundial de Prevención del Suicidio. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 97 mil 339 personas en la región de las Américas acabaron con su vida en el año 2019.